La naturaleza muerta: elegir bien los colores
Una naturaleza muerta es una composición de objetos...¡vivos! Aunque el sentido de las líneas o de las pinceladas facilita el tratamiento de los volúmenes, para lograr un modelo realista se requiere un dominio total de los colores.
Algunos conocimientos
- Un objeto, incluso de un solo color, revela con la acción de la luz una amplia paleta de tonos: un simple tomate necesita colores anaranjados, rosados e incluso pardos.
- Sólo una gradación rica y sutil plasmará todos sus relieves.
- Las luces y las sombras se trabajan en los tonos del color dominante.
1. Definir una gama tonal
- Prepara la paleta aclarando y oscureciendo progresivamente cada tono dominante para obtener gradaciones ricas.
- Procura poner en juego dos o tres colores: rojo y amarillo, por ejemplo, para lograr todos los tonos anaranjados de una fruta que está madurando.
- Trabaja los colores de los temas en función del ambiente deseado: resplandeciente sobre un mantel de picnic, el mismo tomate se inclinará hacia el pardo sobre una mesa de madera alumbrada con una vela.
2. Trabajar las sombras y las luces
Para visualizar bien los juegos de luces, refuerza al máximo la intensidad de la fuente luminosa mientras haces los primeros bocetos, y sitúa en el papel los tres tipos de sombras a las que tendrás que enfrentarte:
- Las sombras de cada objeto sobre el soporte, en la parte opuesta de la fuente luminosa
- El modelado del objeto, cuyas asperezas "oscurecen" la zona que se sitúa justo detrás.
- Las sombras secundarias: cada objeto anterior a la trayectoria luminosa influye en la luminosidad de los que se encuentran detrás del él.
Recordatorio: un resultado realista
Cada materia capta la luz de una manera distinta: brillo sobre el vidrio, reflejos más tenues sobre el metal, incidencia muy débil sobre la madera...
Los colores se influyen entre ellos: un mantel rojo lleva obligatoriamente a introducir algo de calor en los tonos de los objetos colocados sobre él.
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