La pintura acrílica
¡Polivalencia! Esta palabra resume por sí sola la particularidad de la pintura acrílica, tan apreciada por los profesionales y los neófitos. ¿Pero de dónde viene esta propiedad? Investigación.
1. ¡Todo está en el aglutinante!
Toda la especificidad de la pintura acrílica reside en su aglutinante: una emulsión de acrilato sintético. Detrás de este nombre extraño se oculta una resina sintética con propiedades muy adhesivas y resistente al agua. Esta es la que liga unos pigmentos con otros.
Y también es la que otorga a la pintura acrílica sus principales características:
- Rapidez de secado.
- Solidez (una vez seca, forma una película elástica, que se rompe menos que la pintura al óleo).
- Transparencia (diluida con agua, se parece a la acuarela).
Otra ventaja del aglutinante acrílico: ¡no desprende olor!
2. Tres técnicas en una
La pintura acrílica está dotada de un poder asombroso: ¡es un camaleón! Efecto acuarela, gouache u óleo ¡tú eliges!
- Si la diluyes con agua o con un medio acrílico: obtendrás una textura muy parecida a la de la acuarela o del gouache.
- Al salir del tubo, la pintura acrílica tiene la consistencia del óleo. Si le añades un retardador, su secado puede ser tan lento como el de éste.
3. Pintura todo terreno
Papel, cartón, tela, tejido, madera, pared, vidrio, metal, plástico... la pintura acrílica se adapta a todos los soportes, ya que es muy adhesiva. Una sola condición: la superficie tiene que estar limpia. Incluso un pequeño resto de sustancia grasa o aceitosa impedirá que se fije.
¿Lo sabías?
La pintura acrílica...¡una jovencita!
Nació a principios del siglo XX, durante la revolución mexicana. Utilizada en primer lugar por los muralistas de México, la pintura acrílica sólo llegó al mercado a partir de los años 1950. En los años 1960, fue adoptada por Andy Warhol, a quien debe sin duda alguna su fulgurante éxito.
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